viernes, noviembre 14, 2003

Volando por las profundidades del mar celestial

Tengo miedo. Tengo miedo pero a la vez estoy tranquilo, es como una extraña sensación de Angustia. Odio esa palabra, creo que la he escrito demasiadas veces, y ya me está hartando, pero lo que me tiene demasiado harto es el hecho de solamente poder escribir en las tardes, después de clases, en la hora en que pierdo toda inspiración frente al computador. Algún día me compraré un Notebook.

Tengo miedo de qué ocurrirá en la gira de estudios. No iré, y a veces pienso que será ahí el momento en que la Sofía tire con el Tomás. Maldición, no podré hacer nada para evitarlo, solamente rogar porque eso no ocurra. Aunque a veces, no sé. Quizás eso le haría súper bien a ella, y podría llegar a ser “Groseramente Feliz”. No sé. No sé qué es lo que quiero.

Si tira con el Tomás, obviamente caería en un bajón. Pero siento que sería momentáneo. Quizás me duraría súper poco. Creo que más que el miedo a que ellos tiren, tengo miedo a perderla, a que si empieza una relación con él, se distancie, como lo hacen algunos y deje a sus amigos en un segundo plano. Es aquí el punto en que me cuestiono cuál es el valor de un amigo, en cuanto a importancia y afecto.

Estos días se me ha ocurrido una idea, puede ser loca, no lo sé, pero me gustaría realizarla. Me gustaría escribir muchas veces aquí, por muchos años, tener muchos días. Me pregunto cómo será todo, como estará todo en mi vida si algún día llego al DIA 1000. La idea es llegar a cierta edad en que mi hijo (suponiendo que tendré uno) cumpla 16 años, mi primogénito varón, y entregarle este archivo, para que él empiece a escribir en él, así como yo lo hago, y juntar su historia con la mía en este documento que aún no tiene nombre. Luego él debería hacer lo mismo con su primogénito varón, entregarle este documento a la misma edad en que se lo entregué a él, y así sucesivamente.

Quizás algún día, mi prole (que cuático que suena esa palabra) o mejor dicho, las futuras generaciones de nietos, tataranietos, etc., puedan aprender de algo, o encontrarle su propio significado a esto.


Carta a mi primogénito Nieto:

Hola, no sé como empezar, no sé como te llamas, no te conozco, pero no te sientas mal, pues tampoco conozco a tu padre (todavía), tampoco conozco a mi hijo. Aún no ha nacido él, y tengo la sensación de que tú nacerás en mucho, mucho tiempo más, sin embargo, desde este momento, desde este día, te quiero expresar mi cariño. Desde este día quiero que sepas que me importas mucho.

Veamos, yo no te conozco a ti, pero me gustaría que tú me conocieras a mí. A lo mejor en el momento en que leas esto, las cosas que te diré las sabrás, pues quizás tu papá ya te las haya contado, pero quiero que entiendas lo siguiente, te contaré cosas a ti primero que a tu padre, lo que significa que tú me conoces desde hace mucho más tiempo que mi hijo.

Mi nombre es *********************. Soy hijo de ******************** y de **********************. Tengo una Hermana, ********************. Ella tiene 19 años, o sea, soy el hermano menor en esta familia.

Te contaré algo de mi vida. Nací en 1987, fecha la cual para ti debe parecer muy lejana. Nací en San Luis, Argentina, pero soy chileno de corazón. Nací allá producto de que después de la caída económica que sufrió nuestro país, en 1982, o por ahí, mis padres tuvieron que ir a buscar más oportunidades a Argentina.

A los 2 años y medio, aproximadamente, me enfermé, y mientras mi mamá me preparaba unos remedios en una estufa, entré corriendo a la casa, choqué con ella y me quemé el brazo izquierdo, y se me formó una gran cicatriz, la cual perdura aún.

Es verdad, ahora podría escribir mi biografía y relatar todos los hechos de mi vida, lo anecdóticos, los frívolos, etc. Pero hay cosas más importantes para contar, o mejor dicho, mas relevantes. Por ejemplo, apuesto a que te interesaría saber un poco más de la Sofía, a quien nombro a cada instante aquí.

Pues bueno, es verdad, he hablado mucho de ella, pero creo que no la he presentado.

La Sofía es una compañera de curso, de la cual creo estar enamorado. Puede parecer extraño para ella, por lo que voy a decir ahora, pero creo que bien en el fondo, es la persona más dulce que he conocido en mi vida. Ella es la persona que me brinda esperanzas. Al verla, aún puedo creer en la vida, en el destino (cosa que siempre le digo que no existe, pero solamente lo digo porque me gusta cuando se altera). Ella me brinda esperanzas de que todo en el mundo pudiera llegar a ser un sueño, una idílica realidad. Gracias a ella he aprendido muchas cosas, las cuales no vienen al caso, pero cosas que me sirven para levantarme todas las mañanas e ir al colegio. Ella simplemente posee algo que solamente yo puedo ver.

Muchas veces nos reímos juntos, y creo que le agrada, porque yo me río de sus tonteras, y eso a ella le causa gracia. Simplemente, es la persona más importante de mi vida. Quizás por eso casi no hay nada de mis padres aquí, y mucho menos de mi hermana. La quiero mucho, y sé que ella me quiere, pero no de la manera en que a mí me gustaría.

Ella está enamorada del Tomás, un compañero de curso, y puedes ver que tenemos el típico y extremadamente común triangulo amoroso. No sé si entristecerme, o a estas alturas, simplemente disfrutar de las trancas que nos pone la vida. Quizás me han rechazado muchas veces y no podría soportar que alguien aceptara mi cariño, jejeje, el cual siento que es muy posesivo. Creo que los celosos son las peores víctimas del destino.

Vivo en una época rara. En el 2001 hubo un atentado a las torres gemelas en Nueva York. Seguramente conoces de él debido a tus clases de historia. Ese Osama está haciendo lo que mucha gente no se ha atrevido a hacer, desafiar al “Gran Imperio”.

Me pregunto si al leer esto tú, Estados Unidos siga siendo la gran potencia mundial del mundo.

Bueno, no sé, pero como esta es una especie de cápsula del tiempo, quiero dejar guardados algunos datitos: mi computador es de 256 mb. De RAM, 40 GB de Disco Duro, Pentium 4 de 1800 mhz.

¿Cómo serán los computadores en 40 años más?
¿Algún día conquistaré a la Sofía?
¿Qué carrera iré a estudiar?
¿Con quién me casaré?
¿Cuántos hijos tendré?

Preguntas sin respuesta.

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