domingo, noviembre 23, 2003

Es inútil que te cuente si no te ha sucedido a tí

Ayer me demoré como 2 horas en escribir lo que escribí. Uno de los motivos fue algo completamente inesperado que me sucedió. Sucede que estaba escribiendo, como siempre, a eso de las 2 de la mañana y de pronto se conectó la Francisca, y me empezó a hablar. Un tema llevó a otro…y de pronto me di cuenta que ella se me estaba declarando. Sí, me estaba diciendo que yo le gustaba, que yo, Felipe Antonio Miranda Gallardo era el destinatario de todos sus nicks en MSN. Quedé estupefacto, quedé pa’ dentro, fue tan extraño y repentino, y no lo puse inmediatamente en esta cosa rara, pues estaba inspirándome en eso de los Silmarils.

No lo comprendo, ¿por qué yo, por qué le gustaré yo, si apenas ella me conoce y apenas hemos cruzado unas cuantas palabras en tiempos que están en el olvido?
No lo sé, ella no me conoce y yo no la conozco, no me lo explico, pero tampoco yo conocía la Nicoll cuando me enamoré de ella, y ella mucho menos me conocía a mí.
Fue tan raro e inesperado, pero sobre todo, fuera de lo normal esta situación, que hice revivir la bitácora de MSN y puse la conversación que tuve. Vaya, hace más de un año que no había puesto nada allí.

Pero no puedo dejar de cuestionarme, ¿por qué yo?, eres tan lejana a mi, y yo lo soy a ti, Francisca, que no me lo explico, no soy capaz de aceptarlo. No sé cómo reaccionar, es algo incómodo, pues yo no siento nada por ti, ni siquiera cariño amistoso, ni siquiera nada, si te fueras de clases, yo no me sentiría afectado en lo más mínimo, sin embargo, ahora me siento responsable por tus sentimientos, aparte de tener que cargar los míos, y los de la Nicoll, se suman los tuyos.

No quiero hacerte daño, pero no quiero hacerte ilusiones, pues sé lo que se siente creer en algo y caer del cielo a la verdad. Ojalá te pudiera hacer entender que no quiero más cargas y presiones, pero sería demasiado cruel tratarte y decirte cosas que sé que duelen. Quizás la Nicoll ha sentido algo parecido…

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