lunes, septiembre 22, 2008

La indiferencia me da lo mismo


Hace rato que no me viene el odio, el asco ni la repulsión por todos los gusanos que me rodean, hace rato que no siento la angustia juvenil, hace rato ya que no me dan ganas de mandar a la mierda a todo aquél que piense distinto a mí, sin embargo debo ser justo y admitir también que hace rato ya que no me preocupo por cambiar a la gente.

Sé que la masa es weona y mucho, pero pareciese que ya no me importa, me da lo mismo, están ahí caminando como corderitos al matadero sin cuestionarse nada, materialistas como siempre urgidos porque sus amigos tienen un iPhone y ellos no, preocupados por no decir garabatos en público, respetando las normas de conducta, saludando gente por compromiso, con sus cabezas llenas de tabúes ridículos, a la mierda con ellos... incesto, aborto, violaciones, sexo con caca, sexo con animales, pedofilia, término usado para describir a aquellos que sienten un deseo irrefrenable de culearse a nuestros hermanos pequeños y acabar dentro de ellos pero cuyo significado es tan perturbador que se hace necesario inventar una palabra que pueda ser pronunciada en los noticiarios sin miedo a que la gente se espante.

Hace unos días un camión con más de seiscientos kilos de explosivos detonó fuera de un hotel en Pakistán, pero los noticiarios sólo mostraron los daños materiales, las llamas, las ruinas, una visión muy materialista del dolor, ¿donde quedaron los cadáveres y los mutilados? Claro, no hay que mostrarlos para no herir sensibilidades, díganme sádico, díganme morboso, no me interesa, en mi mundo ideal todas aquellas atrocidades se las mostraría explícitamente a la población para que entiendan que lo que ocurrió fué horrosoro, para que se asqueen, para que tengan que desviar la mirada, para que cambien de canal, da lo mismo, el objetivo es producirles algo y no dejarlos indiferentes, el objetivo es sacarlos del ensimismamiento, de la pasividad, el objetivo es hacerles entender que ocurrió algo malo, algo que no debe ocurrir de nuevo y que en la pasividad y en la indiferencia no se ayuda en absoluto a que no ocurra de nuevo.

Es lo que opino, pero ¿haré algo?, por supuesto que no, porque me vendí al sistema aunque sigo siendo anarquista. Soy un inconformista aburguesado, un revolucionario domesticado, un guerrillero con actitud de Hippie que desea cambiar el mundo, pero por inercia.

Quizás esto es lo que llaman madurar, quizás sea que por fín lo logré y me volví un insensible definitivamente... o quizás ambas cosas.

PS: lean de nuevo el segundo párrafo y reemplazen el término "la masa" por mi nombre.

Leer más