domingo, agosto 24, 2003

Blasfemias

Jajaja. ¿Quién lo hubiera pensado? Un gran hipopótamo verde en un estanque amarillo está haciendo su aparición en la tele en este instante. Me gustaría poder verlo, pero acaba de ser aplastada por GodZilla. yEah! Violencia innecesaria dentro de la propia imperfección. Mientras las guitarras invocan a mil dioses profanos a luchar contra la injusticia, mis manos esclavizan las teclas por el simple placer de presionar algo y no malgastar mi tiempo. Van a salir todos de aquí. Lo prometo. Todos junto con sus ardillas y sus xilófonos resonantes de maldad.

Díganmelo. Sólo díganmelo. Alguien necesita una almohada y nadie pide una. Mesas. Muchas mesas y otras que llueven. El paraíso ideal de un zapatero. Sonidos empujándose unos a otros luchando por el dominio del mundo. Sin embargo nadie ganará, pues cada una de esas notas son parte de una mente aún mayor que en este momento está creando un mundo. Trombones y columpios. Columpios vacíos. Niños llorando y riendo de felicidad. Tomando leche del pecho de su madre mientras se duermen. Un milagro ocurre. Ella me habla. Realmente quiero responder.

Está esperando mi respuesta. Mi saludo de cortesía. Y yo no hago nada. Debo responderte pero no lo hago. Quiero hacerlo pero a la vez no. Mil emociones. La esperanza renace. La alegría quiere alcanzar el trono, pero no. No lo permitiré. Me estoy dejando llevar por los sonidos que cada vez me consumen más. Me siento bien. Energía, cada vez más y más. Ahora es mucho mas rápido mientras ese niño ríe, creo que estoy a punto de explotar. DISONANCIA!!!!!!!

Estoy vivo.

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