miércoles, mayo 11, 2005

Una Anotación casi sencilla



Pink Floyd
Outside the wall

Completamente solos, o de dos en dos
Los que realmente te aman
Caminan arriba y abajo, fuera del muro
Algunos de la mano
Otros juntándose en bandas
Los románticos y los artistas
se hacen fuertes.
Y cuando te han dado todo lo suyo
Algunos se tambalean y caen
Después de todo, no es fácil
Golpearse el corazón
contra el muro de algún tío loco.

Para cualquiera que se ha puesto en la tarea de adentrarse un poco en el mundo del álbum "The Wall" de Pink Floyd, es casi seguro que habrá notado casi inmediatamente la oscuridad y el existencialismo que marcan particularmente a esta obra cumbre de Roger Waters. El viaje a través de la vida de Pink Floyd, en este caso un músico de rock muy exitoso nos muestra todos los traumas que lo han marcado durante su joven existencia. La muerte de su padre en la segunda guerra mundial, la sobreprotección de una madre demasiado aprensiva, el maltrato sicológico de los profesores de escuela, el malgasto de los días en cosas vanas durante la juventud y principalmente, la soledad que finalmente termina por construir un muro psicológico entre Pink y el mundo.

"No eres más que un ladrillo en el muro" es lo mismo que decir "gracias a tí ahora estoy un paso más cerca del infierno". En este caso, la soledad total.

Es por eso quizás que este disco principalmente es un disco inmortal y pareciese que lentamente ha ido adquiriendo incluso más relación con la realidad del mundo que la época en que fué lanzado (1979). Cada día son más y más las personas alienadas de la realidad y que viven dentro de sí mismas casi en un afán masoquista. Quizás muchos estén pensando ahora mismo "parece que este es el disco favorito de este loco".

Lo que más me asombra de todo es la manera en que me veo reflejado a través de las corcheas y de las letras de esta obra. Pero lo más paradójico de todo es que, incluso siendo Pink Floyd mi grupo favorito, este hecho en particular me causa una extraña molestia. Quizás todo no esté perdido.

La canción que abre este post es la última del disco y una de las más cortas, sin embargo para mí es la que resume perfectamente el camino hacia la redención propia. Casi como el camino a la salvación, a la iluminación. Es por eso que la he escogido para hoy en particular. Es verdad que estos días no he andado del todo bien pero sé que es sólo cosa de querer para salir de esta situación.

En fin, al grano de una vez. Quiero agradecer a todos aquellos que me dieron una palabra de aliento en aquel post anterior. A la gente que conozco (como mi amigo Püschel), como a la gente que no y que aún así trató de mejorar un poco mi día. Créanme, me hicieron sonreir. Gracias por eso Angelita y Raupe.

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