Es el demonio. Sí, el demonio en persona. Él es quien te está susurrando. ¿Puedes escuchar esa tibia brisa penetrando tus oídos? De pronto miras hacia atrás y ves que todo ha cambiado. ¿Donde estás?. Ni el mismo diablo te podrá susurrar ahora. Blasfemias, blasfemias, blasfemias. Verdugos despertando en tu cerebro. Tu cerebro como una linterna solar
dudas de lealtades... dudas de continuidades... debilidades personales y
aperturas....
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Con quioen sea, recuperando mi seguiridad, llorando intensamente, valiente
y orgulloso sobre mi pasado... pero aquí estoy...
Mi lucha llega a su fin......
Hace 2 meses.
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