sábado, diciembre 20, 2003

Marxismo!

Es duro trabajar…levantarse a las seis de la mañana, estar haciendo la misma acción mecanizada hasta las 6 de la tarde…cansa, es verdad…pero al menos me pagarán y podré comprarme mi discman para aislarme del mundo.

A veces miro a los demás obreros…hombres esforzados que no tienen ninguna otra posibilidad en la vida, que es su deber estar encerrados ahí toda su vida para ganar un sueldo que no les alcanza. Yo me cansé al segundo día, y quería tirar la toalla, es verdad, pero como al tercer día, ya me resigné, y me acostumbré, que es lo que les debe de pasar a muchos. Pero simplemente no es justo, yo estaré solamente un tiempo breve, pero ellos deben estar toda su vida ahí, y eso realmente me inquieta, ¿y por qué?, pues porque no fueron a la universidad, pues no tenían dinero, o sus padres eran tan ignorantes como ellos mismos. Mi papá no fue a la universidad, ni siquiera entró a primero medio. Ni siquiera terminó el séptimo básico, pero él es prácticamente el que lleva las riendas en ese trabajo. Es gerente de producción, y él, tiene más poder de persuasión que el gerente general mismo…y esto me lleva a otra duda….

En mis horas de ocio (que en realidad son mis horas de trabajo, pero debo pensar en algo simplemente para no volverme loco), me he cuestionado si realmente existe el destino, pues bueno, de ser verdad, lo desprecio.

El destino está premeditado, el destino es algo que no se puede cambiar, es algo que ya está escrito y que por más que queramos modificarlo, por más que queramos doblar en una esquina y no en otra para burlarlo, el destino siempre nos había trazado el camino…pero si el destino es premeditado, debe existir una fuerza detrás que lo trace, y si esa fuerza es Dios, entonces Dios es injusto…

Obrero: Se levanta a las 6 de la mañana para llegar al trabajo a las siete y media, hora en que empieza la rutina de diez horas y media en que tiene que soportar: cuarenta grados de calor, ropa hedionda, los mosquitos atraídos por la madera, el ruido ensordecedor de las máquinas, el dolor en sus brazos y en sus pies por no poder sentarse reprimido por los supervisores, la sed que a ratos se hace insoportable…

Administrador: Se levanta a las ocho para llegar a las nueve al trabajo, hora en que empieza su labor por organizar las tareas de la empresa, conversar con sus amigos en cómodos asientos de cuero, en donde tienen su música preferida, al volumen deseado, y con una máquina que en vez de proveer agua helada, provee un líquido demasiado delicioso llamado agua mineral, ventiladores….

Promedio de ¿obreros por administrador? Seis a uno. ¿Es justo el destino?, pues bueno, al menos no es equitativo.

El jueves volvió mi curso de la gira…y si, ocurrió lo que yo tanto temía, sí, quedé destrozado, es verdad, si, comprobé que ella no me ama, no, no fue con el Matías, ¿con quién fue?, da lo mismo, no fue conmigo…

Pero destrozado no es la palabra. Me deprimí por un momento, pero lo que temía también ocurrió, se me pasó a la media hora…temía que no me doliera por demasiado tiempo, ya estoy bien, siento que tengo una posibilidad frente mío que debo saber aprovechar. Es ahora, en el momento en que sé que ella no me ama, en que lo sé con certeza, es cuando debo mirar hacia arriba y maravillarme con las demás personas que me rodean, para poder renovar mi espíritu, mis ánimos, mis creaciones literarias.

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