martes, julio 15, 2003

Melancolía Futura

Hace tiempo que no escribía, bueno, al menos mi idea de escribir todos los días se funó, pero a la vez es bueno, porque así no tengo tanta presión y escribo cuando tengo ganas.

Han pasado muchos días desde la última vez, la última vez que le hablé a la Nicoll, de hecho, no le hablo desde la confirmación de la Thayse. ¿Por qué? No se. Me gusta el silencio. Bueno, no es por eso. Es por miedo. Tengo miedo de ella, de pronto su existencia me incomoda. Tan bella, tan fría, tan dulce y apática. Muchas veces no sé con quien estoy hablando.

Ella siempre dice “me da miedo X persona”, cuando en realidad ella tiene miedo de si misma. Yo soy igual. Ya no me afecta nada en lo absoluto, solo su mirada aún me hace estremecerme un poco. Hoy ocurrió algo extraño, resulta que en el colegio dimos ensayos de PSU, y en un instante yo estaba afuera de la sala hablando con la Malena y salieron de ella la Débora y la Nicoll, y en una fracción de segundos recordé cuando éramos amigos, y por una fracción de segundo, pude ver a la Nicoll solo como una amiga perdida.

Ya no hablo con ninguna de las dos, no porque estemos enojados, al menos, yo no estoy enojado, sino porque ya no me motiva, no me entregan nada bueno, me saturé de lo mismo. Necesito nuevos horizontes y dejar las mentiras y las trancas atrás. Renacer como lo hice a principio de año, pero hacerlo de nuevo, con gente nueva.

Ojalá estén bien, solo espero las vacaciones de Invierno para alejarme de ellas por un buen tiempo y no tener que pensar en ninguna de las dos. Mi objetivo es olvidarme de la Nicoll.

Estoy emocionado, tengo muchos planes. Pienso volver a hacer Educación Física. Pienso volver a ser el niño que era antes (intelectualmente) que de un momento a otro se dejo llevar por una Utopía.

Estoy ansioso por ir a visitar a mi primo y desenchufarme de la realidad. El sábado voy al cine con la Thayse, o esa es la idea. Solo quiero pasar un buen rato.

Hoy escuché el “untouchables” de Korn, y por un instante fui feliz mientras me deprimía. Como en los viejos tiempos. Sacrifiqué mi depresión por una mujer, pero la música no la sacrifico por nada, ojalá me traigan esos melancólicos estados de animo de vuelta.

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