lunes, mayo 03, 2004

Cartas anónimas

Varias cosas. Estoy yendo a un preuniversitario. Voy martes, miércoles, jueves y viernes, por lo que llego a casa todos los días aproximadamente a las ocho y media de la noche, exceptuando el día miércoles, que llego a las 10. Es agotador, verdad, pero me sirve, y eso es lo importante….mis 750 puntos en la PSU.

Segundo: No te quería nombrar pero más que imposible es simplemente absurdo tratar de no escribir nada de ti.

Estos días he estado “de buenas” con la Sofía. A qué me refiero, a que generalmente pasamos aproximadamente un mes y medio sin hablarnos antes de dirigirnos una mirada e intentar todo de nuevo, pero creo, espero, pido que esta vez lo logremos, ¿qué cosa?, no sé….aunque a lo mejor sé, pero no he sabido buscar bien.

Es Emocionante, las miradas, el riesgo constante, pero creo que esta vez todo resultará simplemente porque no tengo muchas expectativas de que resulte, ¿complicado, no?, pues, en sencillas palabras, no me he hecho muchas expectativas con todo esto, siempre que digo “esta es mi oportunidad de hacerla mía”, nace como una voz interior dentro de mí que me dice “calma joven Look, aún no es tiempo, no creas en todo lo que oigas”. Creo que ese es el camino, aunque no me hago ilusiones, y si estas no viven en mí, entonces podré sobrevivir una caída fuerte, tremenda, e incluso, como lo hice hoy, ponerme de pie de inmediato cuando ella me contó que estaba pololeando.

Pues sí, pololeando, con un tipo que, según las palabras de ella, no la pesca, no le da bola, y que ella no siente absolutamente nada por.

No sé, simplemente no pienso en ello, o a lo mejor ya pensé todo lo que tenía que pensar, es un asunto de ella, no meteré mis narices. Sentí como un Deja Vú perfecto, sentí que ella me estaba hablando del Heinz, y que yo la estaba aconsejando. Bueno, la cosa es que dije, pensé para mi mismo, “no te preocupes, no te has hecho ilusiones así que no puedes caer”. La sigo amando, es verdad, igual que las primeras noches, y como las primeras noches aquellas, seguiré admirándola, pues ella es mi fuente de vida…ya van casi dos años.

Bueno Sofía, no sé realmente cuál es mi móvil, o mi causa, ni siquiera sé por qué gasto mi poco tiempo libre en escribirte, aunque pienso que es porque vale la pena, aunque escribirte no me da pena, sino que esperanza, alegría, así que debería decir que escribirte vale la alegría del momento.

Hay unas cositas que quiero contarte, pero que no he podido hacerlo mientras conversamos, quizás porque me hipnotizo con tu mirada, quizás porque la magia del momento me deja inmóvil. Quizás porque necesito, porque quiero, porque me gusta escucharte y simplemente no respondo al estímulo de modular. El otro día vi una película, y una frase me llamó la atención..."así sabes que has conocido a alguien especial, alguien que no se molesta en compartir un silencio incómodo contigo"...cuantos silencios incómodos he compartido contigo...muchos.

Sofía, no sabes cómo me agrada, no sabes cuán feliz he sido esta semana, la recién pasada...veo...soy capaz de ver...el futuro, y créeme, hay uno, y quizás porque no me pasan muchas cosas buenas y me adapto a lo ordinario de cada día, es que en este instante, desde ese viernes que parece ya tan lejano en que nos fugamos de biología, he estado teniendo en mi corazón un sentimiento, algo angustiosamente melancólico y nostálgico...he sentido miedo.

¿Miedo de qué?, no te preocupes, miedo de perderte no es, miedo de que te alejes, de que te olvides de mí no es...es un miedo que nace en lo más bello de mi espíritu, un miedo simplemente al origen de todos los miedos...........tengo miedo de apartarte de mí....miedo a fallar una vez más...

Sabes, ya no soy un narcisista, creo que ya te has dado cuenta por medio de mis risas, de mis sonrisas, por medio de mi compañera Rebeca de banco, que ya no soy esa persona absorbente de antes, ya no me siento así, pues ya no me siento mal, ya no tengo en mí ese sentimiento de rencor, de inseguridad, de baja autoestima que antes gobernaba en mí...sabes, las cosas se han ido entibiando poco a poco, las puertas se han ido abierto junto con las ventanas...ahora, podría decir, que tú vienes hacia mí...pero tengo miedo de que creas que no es así...creo que mas que nada, simplemente tengo miedo de que pasemos otros dos meses sin hablarnos mi pequeña compañera, sabes?, he sido capaz de llorar estos días por ti, pero no de pena, "no todas las lágrimas son malas" como diría Gandalf, he llorado de felicidad al tenerte frente a mí...creo que tengo miedo a dejarte ir...tengo miedo a causarte daño, el más mínimo...probablemente sea por eso que generalmente tú seas la que se tiene que acercar a mí en los recreos...

Sólo te quiero decir que aún no estoy listo, quiero decirte que aún te quiero de la misma manera en que te he querido estos dos años, pero quiero que esto se te quede grabado... ¿que importa si la vida es joven pero veloz y nos queda tanto por hacer, y a la vez, tanto por descubrir y crear?

Eres libre, hace un tiempo ya que eres libre conmigo, pues tú no me debes nada y yo soy el que tiene una gran deuda contigo, y ¿qué mejor manera de pagarte esta deuda que haciéndote sonreír?

No hay comentarios.: