martes, octubre 17, 2006

Sieg Hail Sophie Scholl


Título Original: Sophie Scholl, Die letzten Tage
Título en Castellano: Sophie Scholl, La Rosa Blanca
Director: Marc Rothemund
Reparto: Julia Jentsch, Hans Scholl, Rober Mohr, Else Gebel
Año: 2005
Nacionalidad: Alemania

Probablemente cuando Sophie Scholl vió por fìn la guillotina que aparecìa detrás de esa cortina azul, vino recién a comprender lo serio que era todo el asunto. Quince segundos más tarde, luego de haber sido agarrada por dos guardias y rápidamente colocada en posición, su cabeza yacía en el fondo de la canasta.

Que alguien diga que la historia la escriben los vencedores suena tan cliché como decirle a alguien que la amaremos para siempre. La diferencia entre estas dos frases es que la primera sí es verdadera, por muy trillado que suene. Sophie fué una traidora del régimen nazi y si ellos hubieran ganado la guerra seguiría siendo así y probablemente todos los 22 de febrero se quemarían efigies con su imagen por doquier. Lo mismo hubiera ocurrido si los colonos americanos hubieran perdido la guerra contra los ingleses, o si Napoleón Bonaparte hubiera ganado la batalla de Waterloo. O si Bernardo O'higgins y San Martín hubieran perdido la batalla de Maipú.

El límite entre un líder admirado y uno repudiado es ínfimo, ambigüo y muchas veces pantanosamente invisible. Alejandro Magno ("El Grande") es admirado por haber conquistado todo el mundo conocido de su época. Pero el tipo era un carnicero. Si alguien lo miraba feo, era su fin.

Entonces sólo nos queda juzgar la historia desde un punto de vista personal, juzgando objetivamente los actos que cada sujeto del pasado realizó o no realizó intentando no ser influenciado por análisis históricos. Entonces, ¿Fué Sophie Scholl una heroína o una traidora?

Si por héroe nos referimos a alguien que luchó por sus ideales sin importar las consecuencias, entonces sí. Sophie Scholl es un referente para todos aquellos que creen estar luchando una causa perdida. Es que imagínense, estar en contra de toda una nación, de todo el poder militar y judicial de ésta y ser censurado y acallado. Lo triste es que pareciese que Sophie no calculó las consecuencias de sus actos. Se opuso al régimen nazi con una gran energía, pero esa misma energía la llevó hasta la guillotina; a ella, un amigo y a su hermano.

Ésta es una película que, al igual que con La Caída, explora en retrospectiva los pecados de la nación alemana, contra el mundo y su propio pueblo. No se suaviza nada, es más, el discurso nazi se muestra completamente consecuente arriesgando así que alguien desorientado se tome todo de manera literal y se una a éstas ideas. Pero el fin de éstos films no es satanizar al régimen de Hitler, sino que avergonzar a la misma población por hechos de los cuales fueron responsables al haber apoyado al Tercer Reich intentando de ésta manera que no se vuelvan a repetir. Una especie de terapia de choque.

El parentesco entre ambas cintas es notorio a simple vista. Ambas muestran los últimos días de vida de dos personas completamente opuestas. Ambas están filmadas en manera lineal, casi como un documental, registrando paso a paso los hechos que conducirán al resultado que todos conocemos. Pero a diferencia de La Caída, Sophie Scholl hace más uso del recurso emocional haciendo que en ocasiones la belleza de la música y la manera en que Sophie mira a través de los barrotes, hacia ese cielo azul y claro que representa todo lo bueno por lo que está arriesgando su vida llegue, a fin de cuentas, a entristecer y sobrecoger.

Los que esperan una historia con un final feliz y meloso, fácil de digerir y rápida en su ritmo, deben evitar pensar siquiera en considerarla para verla. Los que, en cambio, deseen ver una historia humana, con personajes imperfectos, mucha injusticia y harto coraje, adelante, ésta está hecha para ustedes.

En definitiva, un memorable tributo a una memorable mujer.

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