martes, abril 12, 2005

Un Otoño en un Valle Desterrado



Seres Alienados, eso es lo que somos.
Nada más, nada menos. Somos una gran minoría, sin embargo,
la mayoría es igual a nosotros.
Velocidad, libre mercado, competencia e Internet
son las herramientas que nos han tallado.

Estamos solos, sin embargo nadie nos ha abandonado.
Sufrimos, pero somos nuestros propios victimarios.
No necesitamos a nadie, sin embargo
nuestros agónicos gritos retumban en las salas
con un silencio tan propio que nos parece casi ridículo pensar
que nadie nos ha escuchado.

Nuestras contradicciones nos quitan el sueño, es verdad,
pero por fuera pareciese que todo estuviese tan bien arreglado.
Todo en su lugar, nada desordenado.
Quizás somos nosotros mismos los que nos hemos olvidado.

¿Alguien sabe por qué la belleza es un tema tan intrincado?,
es verdad, nuestra propia armonía es algo que damos por sentado,
pero nadie es bello por sí mismo sin nunca antes haber imitado
aunque fuese por un segundo al más pordiosero de los espíritus desalmados.

Quiero conocer las respuestas, los grandes misterios de este mundo.
Descubrir a cada segundo que no todo está perdido,
que las cosas importantes aún no han comenzado,
que la belleza de una mirada perdida refleje en cierta forma
el alma de mis ojos empañados.

Nos han dado tanto por hacer y tan poco tiempo han regalado.
La desesperanza no es casual,
sólo debemos apreovecharla bien si es que la hemos encontrado.
Las dudas son naturales, es cierto, pero quedarse en el pasado
y olvidar lo importante sólo nos confunde
y de pronto nos damos cuenta de que lo soñado
está a años luz de poder ser admirado.

Detenerse puede parecer más sensato,
nuestras manos cansadas muestran cicatrices de iracundas luchas del pasado,
nuestras almas ya no distinguen entre una hermosa y amable doncella de marfil
de un villano amargo, cruel y desalmado.
Nuestros ojos suplican por beatitud, pero
¿qué belleza mas dulce que la de un hombre recién despertado
en un campo plagado de sueños alcanzados?

Somos seres alienados y no nos quejamos de ello,
es sólo el mundo, es que parece algo tan pesado.
Ni una palabra amiga ni una mirada perdida,
ni abrazos del pasado ni besos olvidados.
Ni siquiera el llanto de nuestros amigos extraviados
y es que todo simplemente parece tan pesado cuando somos seres alienados
y no hay nada en este mundo que nos haga sentir ciudadanos cerebrados, cuerdos y adaptados.

No hay comentarios.: