Nº 19: Beck - Odelay

Se cuenta que un día Beck le dijo a uno de los asistentes de grabación algo como esto:

-Oye weón ya sé como ponerle al disco.
- ¿Cómo?
-Orale!, anótalo para que después me acuerde.
- Señor Sí Señor, Señor!.

Ocurre que el culeado no sabía nada español y el "Orale" le sonó como "Odelei" y terminó escribiendo "Odelay".

Como la mayoría de los mortales de Beck sólo conocía el tema "Loser", hasta que un día escuché como Alfredo Lewin en la radio llegaba al orgasmo cuando comentaba la salida del disco "The Information" de Beck. Quedé con la duda y llegué a mi casa a bajar aquél disco para ver que onda. Lo admito, era bueno, pero no para mojarse... mucho hip-hop para mi gusto, pero había algo en él... ¿cómo es posible tocar country y hiphopear a la vez?... dije "ok, démosle otra oportunidad" y entonces bajé el "Güero", disco anterior al mencionado recién. Era diferente, más rockero, más bailable, más coreable y a la vez más popero si es que eso es posible (sí, es posible, este weón me lo enseñó). Dije wow!, el tremendo cambio de estilo, la cagó...

Y mi vida siguió así por mucho tiempo, pasaban las semanas y de vez en cuando ponía uno de estos discos en el winamp mientras hacía otras cosas como música de fondo esporádicamente. Con el tiempo pude memorizar todas las canciones, al menos en cuanto a sonido. Sabía que canción venía después de otra a pesar de no saberme los nombres y de repente dije "mmm como que sin darme cuenta memoricé los discos completos, bajémos otro".

En este tiempo cada vez le puse más atención a Beck. Quizás no una atención conciente, pero siempre paraba la oreja cuando escuchaba algo de Beck y lo que siempre se decía "... del genial disco Odelay...", "... de la obra maestra de Beck, Odelay...", "... Odelay, el disco más grande de Beck!...". Si hasta en un capítulo de Futurama aparece la cabeza de Beck y dice "Oye, Odelay sí es una palabra".... "puta, obligado a bajar el Odelay", me dije. Llegué a mi casa, me metí a mi buscador de torrents favorito y lo bajé justo antes de un viaje al sur en Bus. Puse el disco entero en mi pendrive en una parte del viaje mientras todos dormían y yo creo que fué lo más parecido a una juguera de sonidos que alguna vez había escuchado.

Guitarras eléctricas y acústicas, tornamesas, gritos, acordeones, loops electrónicos, melodias de los años 40, Hip-Hop, harmónicas, teclados, aplausos, trompetas, Atari (sí, Atari), silbidos, melodías de la India, estática (más los típicos instrumentos del rock)... todo en un mismo disco, canción tras otra, melodías debajo de otras melodías y lo mejor, una rima tan pegajosa que a la mitad de las canciones sin haberlas escuchado nunca antes, uno las empezaba a corear. Eso es Odelay, la obra de un weón tan seco que toca lo que quiere, cuando quiere, cómo quiere y con lo que quiere, da lo mismo, siempre consigue lo que quiere con maestría.

He bajado más discos después de ese y puedo decir que los siete que tengo son todos geniales y ninguno es parecido a otro. Esto se dice siempre de una banda talentosa, pero este weón llevó aquella expresión a otro nivel. En un disco está tocando Bossa Nova, en el otro Country Electrónico, en el otro Rock sicodélico y de la nada saca un disco compuesto enteramente por baladas de desamor tan desgarradoras y melancólicas que hacen avergonzarse a todos los weones de Coldplay por ser los hijos de puta más insensibles del universo.

He aprendido una lección, cada vez que Beck saque nuevo disco nunca más me preguntaré si será bueno o malo, simplemente me lo conseguiré y sabré que es bueno incluso antes de escucharlo y punto. A veces no hay que complicarse la vida en tonteras y por suerte tenemos a weones como Beck que nos ayudan a no hacerlo.

Por último, ¿por qué este disco en especial de Beck y no otro? Quizás porque entre todos, es el que suena más fresco y divertido sin ser un disco liviano. A veces las cosas no tienen por qué ser tan oscuras. A veces.

The New Pollution

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