miércoles, diciembre 24, 2008

Nº 16: Soundgarden - Badmotorfinger


Recuerdo que desde que tengo uso de razón siempre escuché a weones que decían "el Grunge está muerto". De éste sólo sabía que era una especie de estilo de música y que si estaba muerto es porque era malo, algo despreciable... y es que casi siempre después de aquella afirmación sobre la muerte del grunge estos weones decían "por fín". Aquellos weones eran ciertos locutores de radio que antes solía escuchar o pendejos snobs que sabían como levantar un sitio web para escribir cualquier weá... todo esto a principios de esta década, cuando tenía como 14 años y recién estaba empezando a escuchar música de manera más seria y constante. Era la época en que el Aggro o Nü Metal la llevaba y todos decían cómo éste había venido a reemplazar al grunge. Por éste motivo odiaba el grunge sin conocerlo realmente. Odiaba a Nirvana y a todo grupo que odiaran otros weones por no gustarles. Sí, era un posero de mierda, hacía y decía lo que veía y escuchaba, nada más. Por lo mismo no me acerqué a este estilo hasta hace un par de años y creo que me alegro por eso, el grunge no lo habría entendido como lo entiendo ahora pues en aquella época era demasiado serio y grave como para hacerlo.

Igual no hay mucho que entender en todo caso, es como el punk, nació como respuesta a algo completamente opuesto, sólo que esta vez no fué el rock progresivo, sino que el maldito Glam de los 80'. El grunge es juntarse con unos amigos en una casa un día sábado por la tarde con hartos packs de cerveza a tocar con instrumentos baratos y sin mucho talento canciones distorsionadas llenas de angustia para desahogarse por cualquier weá. Eso es Nirvana, eso es Pearl Jam, eso es Alice in Chains y eso es Soundgarden, cada uno en su propia volada en todo caso.

Soundgarden es como la vertiente más Hard Rock de lo que he escuchado del Grunge y la voz de Chris Cornell puta que ayuda para dejar eso en claro desde el principio. Una voz carraspeada a cagar que a ratos suena como si el weón tuviera una sierra oxidada en la garganta y que increíblemente suena tremendamente melódica.

No hay mucho que decir de este disco, sólo que me gusta porque es ideal para tomar chelas y corear los temas con pasión, con agüante. En todo caso no es para todos porque igual al principio es difícil de digerir ya que la distorsión no se detiene nunca. Aunque tranquilos, no alcanza los niveles de algún disco de Alice in Chains, de los cuales tengo dos pero ninguno lo he podido escuchar alguna vez de corrido (y eso que Alice la lleva). Soundgarden no genera dolor de angustia en el estómago, genera ansias de ir a una tocata tributo ebrio y hacerse cagar las cuerdas vocales como pocos grupos lo hacen.

Ahora si me disculpan, permiso, voy por mis jeans, mi camisa a cuadros, mi chaqueta de mezclilla, mis zapatillas All-Stars y un pack de chelas.

Searching With My Good Eye Closed



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