lunes, enero 30, 2006

Welcome to the Jungle

Lo bueno dura poco. Puta la huevá.

Anduve desaparecido ya que este fin de semana fui a Los Angeles, una ciudad ubicada 510 km al sur de Santiago. Se murió una tía abuela mía y el clan de los Miranda se juntó para el funeral. O al menos esa era la excusa que me llevó hasta allá ya que en realidad, con mi padre y con mi hermana fuimos a relajarnos un rato disfrutando del campo que mi papá tiene allá por el sur. Y puta que es lindo el sur.

Hace como 3 meses que andaba al borde del resfrío, o sea, en ese límite en que no estás tan enfermo como para decir "tengo gripe" y tampoco lo suficientemente sano para decir "estoy sano". Me subí a un bus, me bajé seis horas después, respiré hondo y santo remedio.

No soy muy pegado a mi familia paterna ya que vivimos muy lejos y siempre entre mis tíos han habido los típicos problemas de familia. Pero igual la pasé bien, carretié con mis primos, todos de mi edad, carneamos un cordero, comimos Ñache (o como se escriba, es, prácticamente, ingerir la sangre del cordero y sólo lo hice porque todo hombre de verdad debe hacerlo una vez en su vida, jaja), me pegué una caminata de una hora y una bajada de 45 minutos en pleno bosque nativo y acompañé a mi papá a pescar a algunos ríos sureños.

Pero lo bueno es corto, era que no... hoy en la mañana volví a esta jungla de concreto y el maldito cuasi-resfrío está volviendo. Ahora sólo me queda volver, este fin de semana probablemente volveré a subirme a un bus (Tur-bus obviamente, no se pongan picantes posom...) e iré más al sur todavía, a Icalma, un paso fronterizo en la novena región.

Si tuviera cámara digital (flaites rqs).

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