lunes, diciembre 05, 2005

Currahee!


Un año ha pasado... y aquí estoy ahora. Escribiendo estas líneas en una solitaria madrugada de lunes, sabiendo que mañana me tendré que levantar temprano, pero que por culpa de estas líneas seguramente andaré cayendome de sueño. Pero no importa. Vale la pena tener sueño toda una mañana si a cambio puedo expresar lo que siento ahora.

¿Qué tan lejos estoy de esos primeros días del diciembre pasado?... difícil respuesta. La verdad, es que no lo sé con exactitud. Han cambiado tantas cosas y a la vez todo sigue igual. Es como si estuviera en un punto ciego. Han pasado 4 estaciones. Un verano, un otoño, un invierno y una primavera... estaciones que produjeron cambios en mi entorno tanto social como geográfico. Pero el paso del tiempo no parece haberme afectado con la misma velocidad que al ambiente que me rodea.

¿Cuál ha sido la principal transformación?, pues... creo que el aceptar al mundo real como un desafío. Un lugar lleno de obstáculos, los cuales solamente yo debo descubrir cómo superarlos. Pero más que nada aceptar un hecho... todo lo que hacemos afecta nuestra realidad.

He aceptado y comprendido que todas mis acciones tienen una reacción. Que no puedo tomar solamente lo bueno y esquivar lo malo. Que cada cosa que hacemos, decimos, creamos o destruimos tiene sus consecuencias. Actuar consecuentemente. Obrar de manera responsable. Crecer. Madurar.

Y últimamente, he comprendido que debo superarme a mi mismo. ¿Por qué?, pues simplemente porque ya no soy un niño. Y porque de ahora en adelante, el hombre en el cual me convertiré será el producto de todo lo que haga y no haga en estos años. La verdad más grande que he aprendido es que simplemente no podemos esperar que las cosas lleguen por sí solas... hay que salir a buscarlas y no hay que quedarse dormido en el camino. Lo único que realmente importa y la única verdad que es cierta es que no podemos depender de nadie más. Tenemos amigos, pero ellos también tienen sus vidas. Tenemos novias, pero la diosa fortuna es cruel y no siempre estará de nuestro lado. Tenemos familia... pero ya nos han sustentado por tanto tiempo que es hora de salir y cavar nuestro propio agujero.

Ya no soy un niño. Siempre me he preguntado en qué momento dejé de serlo. Y siempre me digo que fué en el momento exacto en que me lo cuestioné por primera vez.

Ya no soy un adolescente. Ahora me pregunto... en qué momento me convertí en un hombre. Pues en el momento exacto en que me dí cuenta que toda acción tiene una reacción, que no puedo tomar lo bueno sin aceptar lo malo y que todo lo que venga de ahora en adelante, será responsabilidad de mis propios actos. De lo que empiece a construir... y lo que termine por destruir.

Somos hombres, tenemos derecho a caernos ya que no somos perfectos. Nadie lo es... pero tenemos el deber de saber levantarnos, pues en el fondo de todas las cosas, somos únicamente nosotros los que debemos encontrar la fuerza para aceptar la verdad. El mundo no es color de rosas... pero es nuestra obligación intentar hacerlo un poquito mejor.

Lánzate a la Vida!!!

1 comentario:

Carol dijo...

lanzarme a la vida!!??
y para qué? prefiero lanzare a la muerte... prefiero volver a mi niñez que vivir en esta mierda de mundo en la cual no encajo y jamas encajaré... prefoerp dormir en un sueño eterno... prefiero dejar de ser, dejar de sentir, dejarme ir simplemente... esfumarme y que no quede rastro de mi porque no tengo sentido, porque nada lo tiene porque ya no puedo mas...