Sofía, te voy a hacer un regalo. Te voy a dar lo único que puedo. Espero que lo recibas de la mejor manera, con los brazos abiertos. Es con todo mi amor y si lo hago es por eso, por amor. Te brindaré paz. Te daré el regalo de la Soledad, te regalaré lo que mas quiero.
Te regalo mi ausencia.
Me iré Sofía. Me iré y lo más probable es que nunca sepas nada más de mí. Lo Más probable es que nunca escuches más mi voz. Nunca verás mi silueta solitaria por el colegio vagando con la mirada fija en un punto ciego pensando en ti y haciendo lo que mejor sé hacer para llamar tu atención, guardar silencio.
Te abandono ahora, en que se que ya nada puedo hacer por estar contigo. Ahora en el momento en que me doy cuenta de que el verdadero problema soy yo, en que el verdadero culpable de mi sufrimiento y el tuyo no es nadie más que mi propio ser.
No me llames cobarde, pues lo hago con mucha valentía. Más que un acto de valentía, parece un acto de sacrificio.
Me sacrifico a mí y a todas las personas que quiero por brindarte paz mental. Como me gustaría haberte regalado el don de encontrar belleza en la soledad, de haber encontrado paz en el vacío, de haber encontrado amigos en el silencio de una despedida.
No quiero que mires hacia atrás, no quiero que recuerdes todas las cosas que pasamos juntos, pues lo más probable es que la melancolía te vaya a visitar. Y eso no es bueno para ti.
Sofía. Algún día, te lo prometo, algún día escucharás esto de mi boca. Te Amo.
Te regalo mi ausencia.
Me iré Sofía. Me iré y lo más probable es que nunca sepas nada más de mí. Lo Más probable es que nunca escuches más mi voz. Nunca verás mi silueta solitaria por el colegio vagando con la mirada fija en un punto ciego pensando en ti y haciendo lo que mejor sé hacer para llamar tu atención, guardar silencio.
Te abandono ahora, en que se que ya nada puedo hacer por estar contigo. Ahora en el momento en que me doy cuenta de que el verdadero problema soy yo, en que el verdadero culpable de mi sufrimiento y el tuyo no es nadie más que mi propio ser.
No me llames cobarde, pues lo hago con mucha valentía. Más que un acto de valentía, parece un acto de sacrificio.
Me sacrifico a mí y a todas las personas que quiero por brindarte paz mental. Como me gustaría haberte regalado el don de encontrar belleza en la soledad, de haber encontrado paz en el vacío, de haber encontrado amigos en el silencio de una despedida.
No quiero que mires hacia atrás, no quiero que recuerdes todas las cosas que pasamos juntos, pues lo más probable es que la melancolía te vaya a visitar. Y eso no es bueno para ti.
Sofía. Algún día, te lo prometo, algún día escucharás esto de mi boca. Te Amo.
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