martes, agosto 21, 2007

Epílogo


La inmundicia. El Asco. La pudrición de las ideas. La pérdida total de la inocencia. La completa distorsión de las imágenes. Una vuelta en U en la percepción de las cosas. Vacío. Íconos impuros. La total falta de ternura. Una muerte anunciada. La confirmación de las peores suposiciones. La pesadilla volviéndose real. La falta total de asombro. Ya imaginaba yo que había ocurrido así.

No eres nada más que esto. Dama de día, puta de noche. Te hacías la mosquita muerta pero por dentro siempre fuiste una perra. Te imagino ahora, con el semen en tu cara, resbalando por la comisura de tus labios. Ebria. Con los pechos al aire. En un estacionamiento. Siendo manoseada por varios tipos. Diciéndote las más ultrajantes ofensas.

Me imagino a tu viejo. En casa, viendo tele. Sin enterarse en lo que anda metida su hijita. “La niñita de Papá no es más una niñita” me dice Kurt por este oído. Y tiene razón. Hace rato que dejaste de ser una niñita. Es simplemente la falta total de asombro. Me está atacando justamente ahora. Vaya que me equivoqué. Pero no te odio por eso. No putita, no te odio. No me hiciste daño a mí, te lo hiciste a ti misma. Me das pena por eso. Por no respetarte. Por no interesarte en que te respetaran. Me das pena. Asco y pena. Como a un vago de Avenida La Paz. Ebrio, devastado, sucio, sobretodo eso, pidiendo dinero.

Me imagino al otro weón y me siento algo identificado con él. Pobre weón, creyendo que te podía cambiar. Pobre de mí que una vez pensé lo mismo. No te respetas. No dejas que te respeten.

No te juzgo por nada. Sólo me río. Ésa fue mi venganza. Definitivamente esa fue.

Ésa fue mi venganza.

No hay comentarios.: