Título Original: Taxi Driver
Título en Castellano: El Taxista
Director: Martin Scorsese
Reparto: Robert de Niro; Cybill Shepherd; Jodie Foster; Harvey Keitel
Año: 1976
Nacionalidad: USA
Taxi Driver es una película simple y directa pero paradójicamente muy difícil de ver y quizás hasta de comprender. Una película que definitivamente no es para todos los públicos, no tanto por la violencia visual que muestra, sino que por su violencia psicológica y por contener un fuerte mensaje intrínseco en ella.
El estereotipo de todo taxista es el de un sujeto conversador y sociable. Travis Bickle es todo lo contrario. Un Ex-Veterano de Vietnam mentalmente inestable que luego de volver de la guerra está intentando volver a adaptarse a la sociedad de la cual debiese ser parte. Pero esta tarea se le complica demasiado.
Travis tiene problemas de comunicación, es introvertido, muy inteligente y le gusta escribir en su diario (probablemente si viviera ahora tendría un blog) . Pero es su incapacidad de relacionarse con las personas de una manera normal lo que lo lleva a caer en una de las peores afecciones del ser humano moderno.
La Alienación. La Soledad. Esta película se hace muy dolorosa cuando uno ha vivido períodos de aislamiento y es que es un retrato fiel de lo que ocurre cuando la única persona que tenemos para conversar durante todo el día es uno mismo. Momentos en que lo único que pasa por nuestra cabeza es la pregunta del por qué estamos solos, por qué no nos podemos adaptar normalmente. Y es cuando comienza un autoanálisis continuo y tortuoso y a falta de respuestas a nuestras interrogantes empezamos a buscar culpables que expliquen por qué no podemos ser felices (o simplemente normales).
En un momento de la película (que es una escena clásica del cine) vemos a Travis sólo en su pieza probando armas de fuego que recién ha adquirido y hablándole a su reflejo en el espejo de una manera prepotente y violenta. Pareciese que el protagonista es un ser malo, un delincuente, una amenaza para la sociedad pero lo más triste es que sencillamente son las circunstancias las que lo han llevado a su estado. Llámese destino.
Y es que Travis a pesar de que lo vemos casi siempre en una actitud desafiante con la autoridad y con el sistema, en el fondo es un ser inocente. Tristemente demasiado inocente. Tanto que no es capaz de distinguir entre un buen trato y un trato incorrecto con las personas y eso produce un rechazo en la gente y en el ambiente que lo rodea. Y esto lo frustra. Y la frustración lleva a la desesperación. Y la Desesperación inevitablemente nos lleva a la violencia y es así como Travis pasa de ser un sujeto tranquilo a una máquina antisocial con ideales apocalípticos.
Esta película prácticamente no tiene momentos en que uno se sienta bien viéndola. y es que Scorsese maneja a la perfección la tensión en el ambiente. Hay partes en que a uno le cuesta ver la pantalla, no porque haya sangre o algo por el estilo, sino que porque sabemos que la situación que se está desarrollando no traerá muy buenos resultados a la vida del protagonista. Y Robert de Niro interpreta su papel de manera sencillamente magistral.
Taxi Driver más que un ensayo sobre cómo la alienación humana lleva a la violencia es un llamado de auxilio y de alerta a todos. Y es que todos somos un Travis Bickle en potencia. Si no me creen acuérdense de Columbine.
Título en Castellano: El Taxista
Director: Martin Scorsese
Reparto: Robert de Niro; Cybill Shepherd; Jodie Foster; Harvey Keitel
Año: 1976
Nacionalidad: USA
Taxi Driver es una película simple y directa pero paradójicamente muy difícil de ver y quizás hasta de comprender. Una película que definitivamente no es para todos los públicos, no tanto por la violencia visual que muestra, sino que por su violencia psicológica y por contener un fuerte mensaje intrínseco en ella.
El estereotipo de todo taxista es el de un sujeto conversador y sociable. Travis Bickle es todo lo contrario. Un Ex-Veterano de Vietnam mentalmente inestable que luego de volver de la guerra está intentando volver a adaptarse a la sociedad de la cual debiese ser parte. Pero esta tarea se le complica demasiado.
Travis tiene problemas de comunicación, es introvertido, muy inteligente y le gusta escribir en su diario (probablemente si viviera ahora tendría un blog) . Pero es su incapacidad de relacionarse con las personas de una manera normal lo que lo lleva a caer en una de las peores afecciones del ser humano moderno.
La Alienación. La Soledad. Esta película se hace muy dolorosa cuando uno ha vivido períodos de aislamiento y es que es un retrato fiel de lo que ocurre cuando la única persona que tenemos para conversar durante todo el día es uno mismo. Momentos en que lo único que pasa por nuestra cabeza es la pregunta del por qué estamos solos, por qué no nos podemos adaptar normalmente. Y es cuando comienza un autoanálisis continuo y tortuoso y a falta de respuestas a nuestras interrogantes empezamos a buscar culpables que expliquen por qué no podemos ser felices (o simplemente normales).
En un momento de la película (que es una escena clásica del cine) vemos a Travis sólo en su pieza probando armas de fuego que recién ha adquirido y hablándole a su reflejo en el espejo de una manera prepotente y violenta. Pareciese que el protagonista es un ser malo, un delincuente, una amenaza para la sociedad pero lo más triste es que sencillamente son las circunstancias las que lo han llevado a su estado. Llámese destino.
Y es que Travis a pesar de que lo vemos casi siempre en una actitud desafiante con la autoridad y con el sistema, en el fondo es un ser inocente. Tristemente demasiado inocente. Tanto que no es capaz de distinguir entre un buen trato y un trato incorrecto con las personas y eso produce un rechazo en la gente y en el ambiente que lo rodea. Y esto lo frustra. Y la frustración lleva a la desesperación. Y la Desesperación inevitablemente nos lleva a la violencia y es así como Travis pasa de ser un sujeto tranquilo a una máquina antisocial con ideales apocalípticos.
Esta película prácticamente no tiene momentos en que uno se sienta bien viéndola. y es que Scorsese maneja a la perfección la tensión en el ambiente. Hay partes en que a uno le cuesta ver la pantalla, no porque haya sangre o algo por el estilo, sino que porque sabemos que la situación que se está desarrollando no traerá muy buenos resultados a la vida del protagonista. Y Robert de Niro interpreta su papel de manera sencillamente magistral.
Taxi Driver más que un ensayo sobre cómo la alienación humana lleva a la violencia es un llamado de auxilio y de alerta a todos. Y es que todos somos un Travis Bickle en potencia. Si no me creen acuérdense de Columbine.
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