domingo, enero 04, 2004

Someday

Sentimientos encontrados. Más que nada, confusión. Mi inconsciente me impulsa a no escribir, pero se que debo hacerlo, tengo que hacerlo, es mi obligación. Como dijo mi psicóloga, tengo que abrir la herida, observar qué es lo que está dañado, debido a qué y que métodos usaré para sanarla.

¿Qué opino de lo que hizo la Nicoll en la gira de estudios?, pues…no sé. Era la gira de estudios y la única regla que existía era que no existían reglas. Cuando lo supe pues, depresión total, claro, pero…con el paso de los minutos, mi crisis interna se convirtió en relajo…cuando lo supe con más detalles simplemente me reí. Llegué a pensar que estaba en todo su derecho. Egoísta por no dejarla ser libre, me he definido muchas veces. Pesimista y narcisista. Da lo mismo en realidad, yo ni siquiera debería juzgarla, estoy mal.

Espero que esto me ayude a olvidarla, pero ¿por qué “espero”?, simplemente debería olvidarla y ya. La psicóloga me hizo darme cuenta de muchas cosas…estoy a punto de saber por qué me ha costado tanto olvidarla, al punto de encontrarme quizás con algo que ya he olvidado hace mucho tiempo. Creo que fue porque en la época en que hablábamos todos los días por teléfono…mis papás se estaban separando y mi mamá estaba enferma del corazón. Creo que fue porque ella en ese momento, sin saberlo, era mi único apoyo, cosa que yo tampoco era capaz de ver. Y cuando supe que alguien me la quería quitar, pues, fue como sentir frustración, pero más que eso, creo que fue miedo a que mi apoyo perdiera su fuerza, que tenía concentrada en mí.

Quizás no la he podido olvidar porque la idealicé mucho, es verdad que me enamoré de la Nicoll que me conversaba por teléfono, es verdad que muchas veces yo fui injusto conmigo mismo, haciéndome creer que yo era el culpable de todo, que yo estaba mal, que yo era el paranoico. Por mucho tiempo, puedo afirmar que estuve loco, y llegué al punto en que me deslicé por el borde del abismo de la demencia.

Ahora, en que todo está lejano, en que ya no recuerdo su voz, ni sus ojos, puedo afirmar con seguridad que estoy retomando mi camino, ¿cuál era mi camino?, ¿acaso tenía uno que seguir?

Ahora Nicoll, en el momento en que pronunciar tu nombre no me hace sentir tan culpable como antes, verás lo que realmente pasó por mi mente…y emprenderemos un viaje juntos, por única vez, pues yo tampoco lo sé.
Mucho tiempo estuvimos los dos encerrados en nustras mentes sin contactarnos con el otro, ¿por qué?, yo no lo hacía porque era tímido, inseguro y mi auto estima estaba por los suelos, así de simple, realidad que no quería aceptar, y eso lo sabes, pues en este examen de vida, meses atrás, me pregunto varias veces el por qué no podía mirarte a los ojos.

Pero era simplemente por eso, por inseguridad…porque tenía miedo de que yo al mirarte a los ojos, no encontraras la belleza que yo encontraba en ti. Eso me producía un conflicto interno conmigo mismo. No quería aceptar mi inseguridad. No sé por qué no lo hacías tú, me podrías haber ayudado muchas veces y no lo hiciste, no sé por qué, así que no te digo que la culpa fue tuya…

La Culpa…muchas veces dije que la culpa de todos los problemas fueron míos, pues te encontraba demasiado perfecta como para que te equivocaras…grosso error. Te idealicé, te miré como un ser que era ideal, perfecto, pulcro en todos los sentidos. Cuando me llamaste ebria a las 5 de la mañana el año pasado, pensé que te habías curado por accidente, y me preocupé demasiado…creí que no había sido un error, pues eso es imposible. Fue simplemente un accidente para mí.

Toda la culpa me la adjudicaba yo, todos los errores eran por mí estúpida forma de actuar, y por eso ya no te hablaba, para no volver a cometer errores y dejarte llorando en la noche para que después tu mamá se enterara de que…la culpa era mía, obviamente.

Estaba loco, actuaba estúpidamente, pero cuando la gente está enamorada, hace cosas estúpidas, y yo, lo estaba.
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No sabes cuán abajo está la imagen tuya en mi cabeza ahora Nicoll, no sabes cuán repugnante has sido para mí estos últimos días, estás por allá abajo, mas allá del fondo, pues, siempre lo dije, siempre lo cantaba y siempre me lo repetía….te elevé lo suficiente, tan alto, tan arriba y tan lejos de los demás, que cuando te caíste, cuando te tropezaste, no te pudiste levantar más.

En este momento el único sentimiento que tengo hacia ti…es el de una calle vacía, erosionándose por el viento. Ahora puedo decirte, con mi cabeza en alto, y mi expresión nula, pero firme, que tú también tuviste la culpa, y mucha. La única persona que te puede juzgar ahora soy yo, pues yo soy el único que considera tus acciones delitos graves.

Realmente, no sabes cómo te derrumbaste en mí. Ya no eres mi Silmaril, ya no eres la segunda, pues yo doy y quito. Me dolió, es cierto, pero fue el tiro de gracia, y yo no volveré a sentir por ti lo mismo, nunca más…

Quizás sabías que yo me sentiría así, quizás no, pero estoy seguro que en algún momento te debes de haber sentido mal por lo que hiciste en la gira, pero no mal por tus acciones, sino por mí, pues sé que toda persona es buena y mala a la vez, porque no creo en el destino y en que exista alguien perfecto, y no es pesimismo, es realismo, es la muerte de la magia y la dicha.

El problema no es que hayas tirado con el Matías y con el Heinz, en realidad, el hecho en sí, no me molesta tanto, lo que sí me molesta, es el hecho de que tu sabías que me dolería, que me haría mucho daño cuando lo supiera, sin embargo, actuaste, y de una manera peor a lo que yo imaginaba. Pensé que al menos recibiría un mensaje frío de esos que mandas tú por celular diciendo…” lo inevitable ya ocurrió…”

¿Quién soy yo para juzgarte, y además, exigirte cosas?, pues alguien que en algún momento de tu vida fue la persona que más te ha querido, que más se ha preocupado por ti, y estoy seguro, que nunca te encontrarás con alguien que sienta por ti, más cariño del que sentí yo.

Es verdad, y ahora lo digo con mayúsculas…SI esperé una recompensa, aunque hubiera sido pequeña, recompensa que nunca llegó, o ¿acaso puedes contradecir esto?

Fui paciente, esperé por muchas noches, algo a cambio de las lágrimas, de las buenas vibras que se transformaron en malas, de las sonrisas que tanto me costaban, de tanto sentimiento y expresión literaria bonita que por un poco de copete que te tomaste en Brasil, por un breve momento de calentura, fueron a parar directamente al tarro de la basura.

Me he enterado por boca de muchos lo que ocurrió, y por lo que veo, este no es tu momento de popularidad en el curso, por los comentarios que he escuchado, pero aún así, soy comprensivo y cuido mis palabras, mis dardos de los cuáles tú ya has sido víctima muchas veces. Es por eso que esperaré a escuchar tu versión, pues será esa la que creeré, aunque me mientas.

Por primera vez seré directo, más de lo que he sido hasta ahora y te lo diré. Cuando me enteré que habías tirado con el Heinz, me dolió más que cuando me enteré que habías tirado con el Matías, sin embargo, no estoy enojado con él, sino que tengo una leve herida en mí, pues sentí que algo de copete, y música disonante, que ni siquiera debería ser catalogada como tal, es más importante para ti que estas líneas que estoy escribiendo ahora, y frustración, porque una mirada del Heinz, una mirada cerrada, importa más que cientos de miradas extrañas, tristes, melancólicas mías…no eres para mí, tú no me mereces, necesito una nueva musa.

Es la primera vez que explícitamente te confieso que deseo que sufras, y que espero que hayas llorado, pues todo el tiempo que perdí contigo, no vale su peso en las lágrimas que te lloré. Es la primera vez que deseo que tu mamá te vea llorando, que sepa que para variar fue por mi culpa, pero que esta vez, lo hice con intención, quizás para sentirme un poco más bien conmigo mismo, quizás para sentirme infantilmente mejor por el hecho de que estás pagando todo el dolor que sentí. Puede que esta no sea la forma de terminar con todo, pero al fin al cabo, da lo mismo, pues siempre te quise decir esto, únicamente, no lo sabía.

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