Hay una escena de la película "The People vs. Larry Flint" que nunca se me va a olvidar. Larry, quien en la película y en la vida real es el creador de la revista para adultos Hustler, se encuentra hablando frente a un auditorio semi vacío sobre qué es y no es obsceno en la sociedad actual mientras a sus espaldas en pantalla gigante una serie de fotografías se van sucediendo una tras otra. Hablaba, de hecho, del doble estándar de la sociedad norteamericana sobre el tema. Él, siempre criticado por el contenido pornográfico y "desmoralizante" de sus publicaciones, era el blanco de turno de los sectores conservadores de la sociedad, pero se cuestionaba, y con razón, el por qué mostrar a una mujer desnuda era obsceno y ver en el noticiero de la tarde los cadáveres calcinados y mutilados de soldados norteamericanos en Vietnam parecía de alguna forma, incluso, heróico.
Este recuerdo se me viene a la cabeza por la situación que hoy vivimos en torno a los videojuegos. Hace unos pocos días se estrenó en el mundo entero Grand Theft Auto IV, un juego donde uno es un inmigrante de Europa del Este en Nueva York (o Liberty City) y que por culpa de las circunstancias termina insertado en lo más calado del mundo criminal. La principal gracia del juego es que uno, el personaje, es un ciudadano más inserto en una ciudad que vive y respira por sí misma y en donde es posible hacer todo, TODO.
¿Quieres subirte a un auto, escuchar música y dar vueltas por la ciudad?, adelante, ¿quieres subirte a una torre con un rifle de francotirador y comenzar a disparar a los transeúntes que estén mal vestidos?, adelante, ¿quieres ir a un club nocturno y pagarle a una mina para que te baile?, adelante, ¿quieres trabajar de taxista, chofér de ambulancias, policía, piloto de carreras, bombero, asesino a sueldo?, adelante... en definitiva, la gama de posibilidades está dada únicamente por lo que se nos ocurra hacer.
Este juego ha sido criticado por su excesiva violencia, pero a decir verdad no es más violento que el God of War, el Doom 3, el Quake 4 u otro similar. Es más, a diferencia de estos últimos juegos donde para cumplir las misiones debes obligatoriamente matar, en el GTA 4 muchas veces te dan la posibilidad de elegir si quieres hacerlo o no, pero no importa, ese no es mi punto.
El punto es que en todos estos juegos no hay mas violencia que en alguna película de acción de Stallone, de Schwarzenegger o de Bruce Willis. Tampoco hay más violencia que en cualquier álbum de hip hop o rock pesado ni en libros como American Psycho o cualquiera de Chuck Palahniuk. Lo mismo se aplica a las series televisivas de Chuck Norris o, llevado al caso chileno, que "docu-realities" como "133" o "Policías en Acción". No entiendo entonces tanto alboroto.
En más de una ocasión una persona me ha dicho "tan grande y jugando con monos en el Nintendo". Primero me dan ganas de gritarle "Esto no es un Nintendo vieja weona, es un Playstation 2", segundo, "estos no son monos, son personajes" y tercero "para poder jugar estos juegos requiero de una inteligencia, una concentración y una dedicación que, por culpa de tener tanta mierda en el cerebro debido a la farándula y sus teleseries vespertinas, su insignificante cerebro no evolucionado no sería capaz de hacerlo". Son los prejuicios, sí, ellos son los culpables.
Me pregunto si aquellos que critican a los que nos apasionan los videojuegos han jugado alguna vez un "The Legend of Zelda: Ocarina of Time", un "Chrono Trigger", un "Metal Gear Solid", un "Grand Theft Auto: San Andreas", un "Resident Evil 4", un "Starcraft Broodwar" en línea, un "Call of Duty" o un "Gears of War". Definitivamente no, pues creo que basta con jugar uno solo de estos para comprender mi punto. Los videojuegos no son necesariamente juegos de niños.
Es algo parecido a lo que pasa con los cómics. Si bien muchos relacionan este arte con pendejerías (y con argumentos, basta recordar lo que ocurrió en la década de los 50' con los amigos de Superman: el Supercaballo y el Superperro, etc) muchos de ellos no conocen "The Swamp Thing", "Watchmen", "Dark Knight Returns", "The Sandman", "Hellblazer", "Hellboy" entre tanta otra historia que se aleja del concepto típico que se tiene sobre los cómics y que se adentran en temáticas mucho más profundas y de difícil comprensión.
Lo mismo ocurre con el Rock y el Metal. La gran masa ignorante reggetonera, cumbiera, villera y cebollera nos ve a los amantes de esos estilos como los típicos weones rebeldes que se creen malos y que por donde pasan dejan la cagada. Recuerdo inmediatamente el primer concierto que hizo Korn en Chile, el llamado AggroFest. Al ver las noticias al otro dia sólo se cubrió, en el minuto final de los noticiarios centrales, la cantidad de detenidos que hubieron (que no sobrepasaron los 30 entre los más de 7000 weones que habíamos ahí) y las "peleas" esporádicas que se armaban entre el público (sin mencionar claro que no eran peleas, sino mosh pits, típicos de esos conciertos y debido quizás al maldito calor y la espera que se hacía insoportable). Ahora, ¿alguien recuerda a los más de 150 heridos que hubo en el concierto que en Febrero del 2005 hizo Marco Antonio Solis en la elipse del Parque O'higgins?, por culpa de una masa de viejas weonas hediondas a axila y sin depilar que NO TIENEN cultura de conciertos a la semana nosotros, los rockeros de corazón, que sí sabemos comportarnos y que sí tenemos "costumbre cívica" en estos eventos nos quedamos sin ver a Anthrax con su formación original a menos de 2 horas de empezar el concierto, 48 horas después de ocurrido aquél desastre del Parque O'higgins. ¿Una mierda, cierto?, "es que si una masa de gentiles amas de casa dejaron la grande en un concierto de música romántica, ¿qué podemos esperar de una masa de pendejos vestidos con poleras negras satánicas en un concierto de rock violento?".
¿Por qué no he visto en ningún noticiero que se comente el hecho de que el GTA IV recaudó 500 millones de dólares en su primera semana superando en más de un 100% a los 225 millones que recaudó la película de Iron Man?. Que tonto soy, ¡porque los videojuegos son cosas de niños, verdad!.
Así como hay películas para mayores de edad que están llenas de violencia y de sexo explícitas y que no son precisamente producidas por pequeños cineastas independientes (Rambo, Die Hard, Terminator, o cualquiera de Scorsese o Tarantino) hay música, cómics y videojuegos que también son para mayores de edad y si la madre o el padre que cometen adulterio, que no dan limosna, que saliendo de la Iglesia envidian, avarician y odian a destajo están incómodos con esto porque sus inocentes hijos pueden verse expuestos a todas estas cosas, es tiempo que se preocupen entonces de que aquello no ocurra y vigilen más a sus cabros chicos de mierda y nos dejen a todos nosotros disfrutar de lo que tanto nos gusta.
¡Abajo los prejuicios, abajo la intolerancia, pero principalmente, abajo la ignorancia!, es la maldita ignorancia la culpable de todo, pero eso, amigos míos, es tema de otro post.
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